Es una pequeña
ermita de aparejo humilde de mampostería, salvo esquinales
y contrafuertes. Tiene una sola nave, un solo ábside y
espadaña de una sola tronera en el hastial occidental.
La única puerta se encuentra en el muro sur, en arco doblado
apuntado, sin arquivoltas, que apoya sobre cimacio de caveto.
Cerca de la cornisa de este muro sur corre una imposta de ajedrezado.
El ábside, sin marcado presbiterio, es semicircular
con tres calles separadas por contrafuertes prismáticos
que llegan a la cornisa, pero sin capiteles. La calle central
es más ancha y tiene una simple aspillera como única
iluminación. La cornisa es de sillería con borde
biselado y sostenida por canecillos de caveto.
En el interior se conserva el arco triunfal, de medio punto,
que apoya sobre capiteles muy rústicos y de poco estilo,
realizados en la primera mitad de ûl siglo XII. Los canecillos
del ábside y la puerta de entrada son de finales del mismo
siglo, por lo que se cree que la iglesia ha sido varias veces
reformada.
Hay un crucificado de piedra, tratado con la misma tosquedad,
en el muro de la derecha del arco triunfal.
La ermita fue restaurada por Javier González de Riancho,
quien halló en su interior un ara romana dedicada a los
dioses y diosas del convento, que aún puede verse en su
interior.
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