La que fuera gran pintora española del primer tercio de nuestro siglo nació en Santander en 1881. Determinada por una grave deformidad física, pudo desde temprana edad dedicarse a la pintura. Recibió clases en Madrid de Benedito, Alvarez de Sotomayor y Sala, panorama academicista que cambia radicalmente tras su traslado a París en 1908, becada por la diputación y el ayuntamiento de Santander. Alumna, en un primer momento de Anglada Camarasa, logrará conectar con personalidades del ya disgregado fauvismo y del cubismo integrándose en la emergente vanguardia parisina.
El comienzo de la primera guerra mundial le obliga a regresar a Madrid. En 1915 es seleccionada por Gómez de la Serna para su exposición de "pintores íntegros" junto a Diego Ribera y Luis Bagaria. En 1919 rechaza una cátedra de dibujo en Salamanca para volver a París donde consigue vender su obra cubista pintada en 1915 y 1918 y participar en el salón de los Independientes de 1920 con su obra "La Comulgante".
Sus posibilidades de instalarse en el mercado artístico francés se terminan definitivamente cuando, en 1922, abandona el cubismo, al que aportará una una interesantísima producción, ya tardía en la historia del paradigma cubista. Es por ello un interesante ejemplo de aprendizaje: pintó naturalezas muertas sintécticas, escenas en movimiento influidas por Boccioni o despliegues cromáticos en la tradición órfica.
Su fase final descuella por un realismo tierno, de figuras volumétricas, a un tiempo monumentales y delicadas que se han llamado "de cristal ". Su temática de personajes desvalidos, frecuentemente femeninos, se desarrolla en dibujos, óleos y pasteles donde logra bellísimos efectos de transparencia.
Aunque en 1923 logra exponer en Bruselas, invitada por el Grupo Ceux de Demain,l a última etapa de su vida estará cuajada de penalidades. Enferma de tuberculosis y muere en 1932.
BRETONA (cuadro)
Dijo la condesa del Campo de Alange - primera biógrafa de María Blanchard- que no hubo en su vida predilección por lugar alguno, sinó un interés innato por conectar con los deseredados; sin embargo la elección del tema de esta obra no deja de connotar la preferencia por el mundo de lo primigenio, de lo popular, que entonces significaba Bretaña y que había subyugado veinte años antes a Gauguin y a los cloisonistas de Pont - Aven.
CABEZA DE GITANA (cuadro)
María Blanchard, buena discípula de Anglagada Camarasa, siente en los primeros años de su producción el atractivo de los temas etnográficos "exóticos" que habían invadido la pintura de principios de siglo. Los gitanos son un motivo frecuente por el que se conoce nuestro arte en el exterior - el propio Matisse viaja a Andalucía para retratarlos - y que otros pintores cántabros, como Solana e Iturrino, trataron dando ocasión a que artistas de la talla de Isidro Nonell crearan sus mejores obras.
BIBLIOGRAFÍA: "Cien Años de Pintura en Cantabria (1815 - 1915)". Diputación Regional de Cantabria. Instituto del Patrimonio Histórico y Monumental de Cantabria. 1988. Santander.